Niña comiendo sandia para una buena alimentación infantil

La alimentación infantil es determinante en el desarrollo individual y muy importante en cómo nos encontramos en la edad adulta. Así, introducir las rutinas apropiadas y mantener un estilo de vida saludable, con una buena dieta, evita problemas de salud futuros. Al llegar a adultos, esos niños no tendrán determinadas patologías. Además, evitamos trastornos de la alimentación como la anemia, el sobrepeso y la obesidad.

La alimentación infantil en los comedores escolares

Actualmente, los comedores escolares suelen cumplir perfectamente unas pautas saludables de la alimentación infantil. Como sabemos muchos padres, hacer comer de todo a nuestros hijos puede ser un desgaste permanente. Cuando no les gustan las verduras se quejan por el pescado, ponen pegas a la fruta o rechazan las sopas y las cremas. Si, además, tenemos más hijos con similares problemas en la mesa, las comidas familiares pueden ser un caos y perdemos la oportunidad de educar y generar buenos hábitos.

En este contexto, los comedores escolares se presentan como una gran oportunidad, al menos cinco días por semana. Enumeramos, a continuación, cuáles son los principales beneficios de dejar a nuestro hijo/a a comer en su colegio:

  • Favorece la alimentación saludable y variada. Cada vez, más especialistas en nutrición y dietistas participan en la creación de estos menús mensuales. Ellos se encargan de asegurar la ingesta de nutrientes y salud día tras día. La variedad es una máxima, por lo que nuestros hijos se acostumbran a comer de todo. El efecto imitación (todos comen lo mismo) estimula la adopción de nuevos hábitos.
  • Fija hábitos y rutinas de horarios. La pauta se repite día a día. Se come a la misma hora, con el mismo intervalo de tiempo y respetando las normas.
  • Se trabajan hábitos de comportamiento e higiene. Todos en general, en especial los pequeños, van descubriendo pautas de conducta en el comedor. Se lavan las manos antes de empezar, aprenden a manejar bien los cubiertos, evitan jugar con la comida… Día a día, esos buenos hábitos acaban por calar en ellos.
  • Incrementa la autonomía. Ni papá ni mamá están pendientes de cómo come el niño. En el comedor escolar, la alimentación infantil hace partícipes y responsables a los propios niños. Comer con otros niños, y bajo supervisión —que no tutela adulta—, les resulta sumamente educativo. Aprenden a desenvolverse por sí mismos.
  • Sociabiliza e impulsa la convivencia. La alimentación infantil ofrece excelentes oportunidades educativas para desarrollar valores. Los niños aprenden a convivir y a respetar mientras están comiendo. Y, poco a poco, la integración y la cohesión del grupo acaba por incrementarse.

 

Alimentación infantil en casa: un factor decisivo

¿Qué ocurre cuando nuestro hijo come en casa? Esos momentos no son circunstanciales ni banales. Al contrario, van a ser determinantes para la adquisición y consolidación de los buenos hábitos alimentarios de los niños. Para conseguirlo, y apuntalar positivamente este aspecto fundamental para el futuro de esos niños, conviene considerar varias cuestiones.

Convertir las comidas en familia en una celebración

En España, comer juntos es un motivo de alegría y un estímulo para los niños. Hay que evitar que los peques coman solos. Deben convivir en estos momentos con sus hermanos o sus familiares, ya que a ellos les encanta pasar tiempo en familia. Siempre acaban contándonos muchas más cosas y adquiriendo las conductas de alimentación infantil más saludables. ¿Es imposible, por los horarios, hacerlo todos los días? Al menos los fines de semana han de llevarse a cabo estas reuniones en un clima positivo.

Servir alimentos variados y saludables

Necesitamos originalidad, creatividad e inteligencia para que nuestros peques coman de todo y mantengan la alimentación infantil idónea. Esa es la clave: acostumbrarlos a ello desde chiquitines. Hay que evitar dejar a su alcance piscolabis y snacks apetitosos con gran exceso calórico.

No hemos de perder de vista estas pautas, perfectas para hacerles comer más variado y que prueben los alimentos:

  • Preparar frutas, verduras y legumbres de manera regular. Si nuestros hijos no se sienten atraídos por ellas, inventa nuevas recetas y mézclalas con sus alimentos favoritos. Un revuelto de pasta y espinacas siempre les apetecerá más que esta verdura hervida.
  • Proporcionar refrigerios saludables, como fruta, zumos naturales, batidos de fruta, yogures, galletas integrales con queso, etc.
  • Reducir el consumo de grasas y azúcares. Sé inflexible con ello, los fritos deben ser sustituidos por horneados, parrillas y platos al vapor. También los chocolates, las «chuches» y el resto de estos productos deben desaparecer de la despensa. ¡Evita los refrescos azucarados siempre que sea posible!
  • Cocinar pescados y carnes desgrasadas de un modo apetitoso y no calórico para potenciar la alimentación infantil.

Dar ejemplo e involucrarlos

Obligar e imponer solo sirve para generar conductas contrarias a medio plazo. Nuestra manera de hacer las cosas siempre es inspiradora para los peques, quienes aprenden con el ejemplo. Involucrarlos en la elección de los menús y la preparación de los platos es siempre positivo para la alimentación infantil.​

Es el momento de tomarnos más en serio que nunca la alimentación infantil.

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