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En el vertiginoso mundo actual, la adquisición de conocimiento se ha convertido en una travesía indispensable para el crecimiento personal y profesional. Sin embargo, embarcarse en este viaje puede resultar abrumador si no se cuenta con las herramientas adecuadas. Es aquí donde entran en juego las estrategias de aprendizaje más exitosas, aliadas invaluables para convertirnos en aprendices eficientes y alcanzar nuestras metas.

En el mundo del aprendizaje, existen diversas estrategias que pueden ser utilizadas para alcanzar el éxito académico. Estas estrategias de aprendizaje son fundamentales para conseguir los objetivos y hacerlo de forma exitosa. Y nunca olvides la importancia de la lectura infantil.

La importancia de estrategias de aprendizaje

Al utilizar estrategias de aprendizaje adecuadas, los estudiantes pueden optimizar su tiempo y esfuerzo, logrando un conocimiento más profundo y significativo. Las estrategias permiten a los estudiantes abordar los contenidos de manera estructurada, identificar los puntos clave, relacionar la información nueva con sus conocimientos previos y aplicar técnicas específicas para retener y recuperar la información.

Además, las estrategias fomentan el pensamiento crítico y la resolución de problemas, habilidades esenciales en el mundo académico y laboral. Al enseñar a los estudiantes a utilizar estrategias de aprendizaje efectivas, se les proporciona una herramienta valiosa para enfrentar cualquier desafío de aprendizaje que se les presente. ¿Cómo plantear estrategias de aprendizaje?

1. Establece metas SMART: El primer paso hacia el éxito radica en definir objetivos claros y alcanzables. Las metas SMART (específicas, medibles, alcanzables, relevantes y con un plazo determinado) te brindan una guía precisa y te permiten evaluar tu progreso de manera tangible.
2. Activa tu mente: aprendizaje activo: Despídete del aprendizaje pasivo y adopta un enfoque dinámico. El aprendizaje activo te convierte en protagonista de tu propio proceso educativo. Anota ideas, elabora mapas conceptuales, utiliza subrayados, participa en debates y realiza experimentos. ¡Convierte el conocimiento en una experiencia!
3. Gestiona tu tiempo: la técnica Pomodoro: La concentración es clave para un aprendizaje efectivo. La técnica Pomodoro te ayuda a optimizar tu tiempo de estudio. Divide tu trabajo en bloques de 25 minutos, separados por breves pausas de 5 minutos. ¡Verás cómo aumenta tu productividad!
4. El poder de las palabras: toma notas efectiva: Olvídate de apuntes desordenados. Aprende a tomar notas que capturen la esencia de las ideas clave. Utiliza abreviaturas, símbolos y tu propio sistema de organización para crear un recurso de estudio invaluable.
5. Enséñale a tu cerebro: elaboración y autoexplicación: No te limites a leer o escuchar información. Explica los conceptos en voz alta, relaciónalos con tus conocimientos previos y ejemplifícalos con situaciones cotidianas. ¡Tu cerebro lo agradecerá!
6. Mnemotecnia: el arte de recordar: ¿Dificultad para memorizar? ¡No te preocupes! La mnemotecnia te ofrece un sinfín de técnicas para convertir el estudio en un proceso divertido y eficaz. Crea acrósticos, canciones o imágenes mentales que te ayuden a retener información.
7. La práctica hace al maestro: repaso y consolidación: No subestimes el poder de la repetición. Repasa periódicamente lo aprendido para fortalecer las conexiones neuronales y asegurar la retención a largo plazo. Crea tarjetas de estudio, realiza cuestionarios o enséñale a un amigo lo que has aprendido.
8. Mente y cuerpo en equilibrio: cuida tu salud: Un cuerpo y una mente sanos son esenciales para un aprendizaje óptimo. Duerme lo suficiente, alimenta bien tu cuerpo  y realiza actividad física regular. ¡Reduce el estrés y potencia tu capacidad de concentración!

El papel de la motivación y la disciplina

El papel de la motivación y la disciplina en el camino hacia el éxito educativo es fundamental en las estrategias de aprendizaje exitoso. La motivación impulsa a los estudiantes a esforzarse y perseverar en sus estudios, incluso cuando enfrentan desafíos. Es importante establecer metas claras y alcanzables, ya que estas actúan como una fuente de motivación constante.

Además, la disciplina juega un papel crucial al ayudar a los estudiantes a mantenerse enfocados en sus tareas y responsabilidades académicas. La disciplina implica establecer rutinas de estudio regulares, evitar distracciones y mantener una mentalidad comprometida con el aprendizaje. Al combinar la motivación y la disciplina, los estudiantes pueden superar obstáculos y mantener un nivel constante de esfuerzo en su proceso educativo, lo que finalmente les llevará al éxito académico deseado.

La organización como clave del éxito académico

La organización es una de las claves fundamentales para lograr el éxito académico a través de estrategias de aprendizaje. Cuando un estudiante se organiza de manera efectiva, puede optimizar su tiempo y recursos, lo que le permite aprovechar al máximo sus habilidades y conocimientos. Una forma de lograr esto es mediante la creación de un horario de estudio estructurado, en el cual se asignen tiempos específicos para cada materia o tarea.

No obstante, es importante contar con un espacio de estudio ordenado y libre de distracciones, donde el estudiante pueda concentrarse plenamente en sus actividades académicas. La organización también implica tener un sistema eficiente para gestionar las tareas y los materiales escolares, como mantener un calendario actualizado y utilizar técnicas de toma de apuntes efectivas. Al implementar estrategias de organización, los estudiantes pueden reducir el estrés y la ansiedad, mejorar su rendimiento académico y tener una mayor sensación de control sobre su proceso de aprendizaje.

En resumen, las estrategias de aprendizaje son fundamentales para lograr el éxito. Establecer metas claras y alcanzables, mantener una organización adecuada, utilizar técnicas de estudio efectivas y mantener la motivación y la disciplina son aspectos clave en este proceso. Sin embargo, más allá de todas estas estrategias de aprendizaje, es importante recordar que el aprendizaje es un proceso continuo y personalizado. Explora diferentes estrategias, descubre cuáles funcionan mejor para ti y adáptalas a tus necesidades y estilo de aprendizaje. Con dedicación, esfuerzo y las herramientas adecuadas, alcanzarás el éxito en cualquier meta que te propongas!

La alimentación infantil es determinante en el desarrollo individual y muy importante en cómo nos encontramos en la edad adulta. Así, introducir las rutinas apropiadas y mantener un estilo de vida saludable, con una buena dieta, evita problemas de salud futuros. Al llegar a adultos, esos niños no tendrán determinadas patologías. Además, evitamos trastornos de la alimentación como la anemia, el sobrepeso y la obesidad.

La alimentación infantil en los comedores escolares

Actualmente, los comedores escolares suelen cumplir perfectamente unas pautas saludables de la alimentación infantil. Como sabemos muchos padres, hacer comer de todo a nuestros hijos puede ser un desgaste permanente. Cuando no les gustan las verduras se quejan por el pescado, ponen pegas a la fruta o rechazan las sopas y las cremas. Si, además, tenemos más hijos con similares problemas en la mesa, las comidas familiares pueden ser un caos y perdemos la oportunidad de educar y generar buenos hábitos.

En este contexto, los comedores escolares se presentan como una gran oportunidad, al menos cinco días por semana. Enumeramos, a continuación, cuáles son los principales beneficios de dejar a nuestro hijo/a a comer en su colegio:

• Favorece la alimentación saludable y variada. Cada vez, más especialistas en nutrición y dietistas participan en la creación de estos menús mensuales. Ellos se encargan de asegurar la ingesta de nutrientes y salud día tras día. La variedad es una máxima, por lo que nuestros hijos se acostumbran a comer de todo. El efecto imitación (todos comen lo mismo) estimula la adopción de nuevos hábitos.
• Fija hábitos y rutinas de horarios. La pauta se repite día a día. Se come a la misma hora, con el mismo intervalo de tiempo y respetando las normas.
• Se trabajan hábitos de comportamiento e higiene. Todos en general, en especial los pequeños, van descubriendo pautas de conducta en el comedor. Se lavan las manos antes de empezar, aprenden a manejar bien los cubiertos, evitan jugar con la comida… Día a día, esos buenos hábitos acaban por calar en ellos.
• Incrementa la autonomía. Ni papá ni mamá están pendientes de cómo come el niño. En el comedor escolar, la alimentación infantil hace partícipes y responsables a los propios niños. Comer con otros niños, y bajo supervisión —que no tutela adulta—, les resulta sumamente educativo. Aprenden a desenvolverse por sí mismos.
• Sociabiliza e impulsa la convivencia. La alimentación infantil ofrece excelentes oportunidades educativas para desarrollar valores. Los niños aprenden a convivir y a respetar mientras están comiendo. Y, poco a poco, la integración y la cohesión del grupo acaba por incrementarse.

Alimentación infantil en casa: un factor decisivo

¿Qué ocurre cuando nuestro hijo come en casa? Esos momentos no son circunstanciales ni banales. Al contrario, van a ser determinantes para la adquisición y consolidación de los buenos hábitos alimentarios de los niños. Para conseguirlo, y apuntalar positivamente este aspecto fundamental para el futuro de esos niños, conviene considerar varias cuestiones.

Convertir las comidas en familia en una celebración

En España, comer juntos es un motivo de alegría y un estímulo para los niños. Hay que evitar que los peques coman solos. Deben convivir en estos momentos con sus hermanos o sus familiares, ya que a ellos les encanta pasar tiempo en familia. Siempre acaban contándonos muchas más cosas y adquiriendo las conductas de alimentación infantil más saludables. ¿Es imposible, por los horarios, hacerlo todos los días? Al menos los fines de semana han de llevarse a cabo estas reuniones en un clima positivo.

Servir alimentos variados y saludables

Necesitamos originalidad, creatividad e inteligencia para que nuestros peques coman de todo y mantengan la alimentación infantil idónea. Esa es la clave: acostumbrarlos a ello desde chiquitines. Hay que evitar dejar a su alcance piscolabis y snacks apetitosos con gran exceso calórico.

No hemos de perder de vista estas pautas, perfectas para hacerles comer más variado y que prueben los alimentos:

• Preparar frutas, verduras y legumbres de manera regular. Si nuestros hijos no se sienten atraídos por ellas, inventa nuevas recetas y mézclalas con sus alimentos favoritos. Un revuelto de pasta y espinacas siempre les apetecerá más que esta verdura hervida.
• Proporcionar refrigerios saludables, como fruta, zumos naturales, batidos de fruta, yogures, galletas integrales con queso, etc.
• Reducir el consumo de grasas y azúcares. Sé inflexible con ello, los fritos deben ser sustituidos por horneados, parrillas y platos al vapor. También los chocolates, las «chuches» y el resto de estos productos deben desaparecer de la despensa. ¡Evita los refrescos azucarados siempre que sea posible!
• Cocinar pescados y carnes desgrasadas de un modo apetitoso y no calórico para potenciar la alimentación infantil.

Dar ejemplo e involucrarlos

Obligar e imponer solo sirve para generar conductas contrarias a medio plazo. Nuestra manera de hacer las cosas siempre es inspiradora para los peques, quienes aprenden con el ejemplo. Involucrarlos en la elección de los menús y la preparación de los platos es siempre positivo para la alimentación infantil.​

Es el momento de tomarnos más en serio que nunca la alimentación infantil.

Fomentar la lectura infantil es una de esas inversiones de tiempo que siempre te genera beneficios y bien lo saben la mayoría de los padres españoles. Así, según el estudio de la Federación de Gremios de Editores de España, el porcentaje de padres que lee a sus hijos menores de seis años es de 74,4 % e invierten unas tres horas semanales. Por otra parte, los niños entre 6 y 9 años que leen más allá de sus libros de texto es del 88,8 %, una crecida de 2 puntos en plena pandemia y haciendo frente a su capacidad de resiliencia para superar un gran giro en sus vidas. Datos muy positivos para la lectura infantil.

¿Cómo fomentar la lectura infantil?

Para fomentar la lectura infantil en tu hijo o hija, no hay nada como fijar un tiempo de calidad al día, aunque no sea mucho. A el o ella le va a encantar. Un momento muy especial es justo cuando le acuestas. Además de arrumacos y abrazos, es un escenario ideal para compartir un rato de lectura infantil juntos. Hacerlo así contribuye a que tu hijo se relaje y concilie mucho mejor el sueño, y establece un vínculo especial entre vosotros.

Al igual que se hace cargo de vestirse o desvestirse con su uniforme escolar, deja que te interrumpa y te pregunte sobre cualquier tema relacionado en su lectura infantil, que sienta partícipe. Además de proporcionarle seguridad en sí mismo, estimulas su atención y la lectura comprensiva. Por otro lado, procura reservarle un espacio en su habitación para que vaya colocando sus libros favoritos.

Una cuestión importante es que los pequeños repiten las costumbres de sus padres. Si tu hijo ve que lees de forma habitual, tenderá a imitarte. Sin embargo, debes tener en cuenta que no se ama nada por obligación. No le fuerces a leer ni a sustituir una de sus actividades favoritas para hacerlo. Simplemente, elige el momento adecuado para que disfrute con tranquilidad de la historia.

En las bibliotecas y librerías te van a aconsejar sobre temáticas apropiadas para la lectura infantil, cuentos o tipos de libros según la edad del pequeño. No obstante, debes prestar atención a sus gustos e intereses o personajes literarios favoritos. Un buen hábito es, en cuanto acabe uno o esté a punto de hacerlo, id juntos a elegir otro libro. No interrumpas el hábito.

Beneficios de la lectura infantil

Son varias las destrezas que desde niños se pueden estimular o beneficiar por esta actividad. Algunas influirán decisiva y directamente en su rendimiento académico, pero no olvides que, también, le enriquecerán como persona. Algunos de los beneficios de la lectura infantil son:

1. Potencia la imaginación y el conocimiento sobre el mundo que le rodea, lo que promueve su curiosidad y su bagaje cultural.
2. Enriquece su vocabulario, su memoria y su capacidad para concentrarse.
3. Mejora la lectura comprensiva, la ortografía y su capacidad para construir estructuras sintácticas correctas de una forma natural.
4. Ayuda a que exprese mejor sus ideas y emociones.
5. Desarrolla más la empatía y la tolerancia al facilitar una visión más amplia sobre las cosas y las personas.
6. Estimula su pensamiento lógico y la coherencia textual.

Como ves, la lectura infantil es muy positiva en diferentes aspectos y por tanto, una actividad que hay que realizar con atención e incluso ayudarles ante cualquier duda de vocabulario, etc. Momentos bonitos que siempre serán recordados en un futuro.

Fases del desarrollo de la lectura infantil

Cada momento del desarrollo de tu hijo, requiere una tipología de libros diferente, ya que cada edad conlleva descubrir unas cosas, conocer otras nuevas, explorar, etc. Por ello, se suele distinguir entre etapas prelectoras y etapas lectoras. Te acercamos cada una de ellas.

Etapas prelectoras

Se subdivide en tres fases según el desarrollo de tu hijo:

1. Fase logográfica: generalmente, se produce entre los 2 y los 3 años. Los cuentos adecuados en este momento son aquellos con pocas palabras y con una amplia carga gráfica que le asiste para seguir la historia. Son interesantes, también, aquellos que cuentan con distintas texturas, sonidos de animales o, en definitiva, que estimulen sus sentidos.
2. Fase prealfabética: entre los 3 y 5 años. En este momento, ya empieza a leer aunque no lo hace con soltura. El material idóneo es aquel que dispone de imágenes con una palabra asociada escrita debajo de cada una.
3. Fase parcialmente alfabética: suele ser entre los 5 y 6 años. Ya distingue todos los fonemas y mayúsculas y minúsculas. Los libros más apropiados son aquellos que tienen textos de pocas palabras con imágenes que le ayuden a entender la trama.

Etapas lectoras de la infancia

Distinguimos dos fases:

1. Fase alfabética completa: se da entre los 6 y 8 años. Ya es capaz de leer pequeños textos con cierta rapidez, aunque aún no domina la gramática y la ortografía: puedes elegir material con menos imágenes y con mayor espacio escrito.
2. Fase alfabética consolidada: transcurre entre los 8 y los 10 años. Ahora es completamente autónomo para leer. Puedes ir introduciéndole en libros más complejos y sin necesidad de imágenes.

En definitiva, cualquier edad es apropiada para fomentar la lectura infantil. Solo hay que saber elegir el libro adecuado si deseas que tu hijo se familiarice con ellos. Sin embargo, no pierdas la oportunidad de pasar unos minutos cada día leyéndole tú algún cuento si él aún no puede. ¡Es mágico! No te lo pienses y comienza ya a cultivar su amor por la lectura.